La autonomía de las personas que puede verse afectada por la edad o por una enfermedad fue lo que motivó a un grupo de adultos mayores del voluntariado social de la Universidad de Lanús (UNLA) a fabricar adaptaciones artesanales y a bajo costo para hacerle más fácil la vida cotidiana a sus pares.
Con esta idea, nacieron cucharas con mango inclinado para favorecer el recorrido del alimento del plato a la boca; cordones de zapatillas fácilmente ajustables; un rayador ergonómico; bandejas que ayudan a untar las tostadas con éxito y hasta un lápiz labial amigable.
Todos estos objetos forman parte de un set de 30 adaptaciones elaborados por personas mayores que participan de un voluntariado de la UNLA, que piensa desde su propia necesidad cómo ayudar a sus pares.
"Estas adaptaciones son el resultado de buscar atender la problemática de la autonomía en los adultos mayores", dijo Gladys Martínez, terapista ocupacional y coordinadora del proyecto que se propuso transformar objetos de la vida cotidiana.
Este año, el proyecto que obtuvo el segundo premio de la Fundación Navarro Viola que premia inciativa innovadoras de personas de la Tercera Edad se dedicará a perfeccionar las adaptaciones con la colaboración de estudiantes de diseño industrial y a capacitar a otros mayores para que las confeccionen ellos mismos.
Oscar Carzino tiene 70 años y es uno de los integrantes del voluntariado. "Comenzamos visitando geriátricos. No teníamos claro qué hacer pero queríamos sentirnos útiles a los demás. No tardamos en darnos cuenta de que la independencia era algo valioso, que podíamos defenderla", contó a Télam.
Así nació la idea de "adaptar objetos a los movimientos limitados de las personas", contó Carzino, mientras mostraba un plato con sopapa adherido firmemente a una mesa, un rayador de verdura "ergonómico" para optimizar la fuerza motriz y cubiertos doblados en sus extremos o engrosados sus mangos.
"Cuando me jubilé, me dijeron: ´¿por qué no vas a la universidad?´. primero me pareció ridículo pero después entendí todo lo que uno puede hacer cuando se junta con otros detrás de un proyecto común", dijo Carzino, ogulloso de los logros del grupo.
Los objetos se exponen en el Centro Iberoamericano de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CIAPAT), que está ubicado en Sarmiento 1136, cuya misión está dirigida a contribuir a mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad, adultos mayores y en situación de dependencia.
En este escenario, Olga Lenzi, profesora de contabilidad jubilada, destacó que para ella "el objeto más lindo es un lápiz de labios con argollas sujetadoras para facilitar el agarre".
Con picardía, la mujer explicó que "este elemento es fundamental" en su vida. "Puedo olvidarme el documento, pero el rouge jamás. Cuando llegamos a determinada edad y queremos mantener la coquetería, tener un lapiz de labios como éste es buenísimo, porque el capuchón queda atado, lo que evita que se nos escape de los dedos y caiga".
Para Francisco Bucceroni, "el proyecto le dio la oportunidad de aplicar un aprendizaje anterior que obtuvo en otra de las actividades de la UNLA, donde conoció un término nuevo: la resiliencia".
"Resiliencia es poder reflexionar en forma positiva frente a los obstáculos, buscar soluciones, y así salir de la queja", explicó, y dio el ejemplo de cómo él solucionó el problema de calzarse los zapatos al adapar el calzador común con un mango más largo.
Como ferroviario dijo "me felicito y felicito que esas 23 hectáreas de tierra donde funcionaron por años los antiguos almacenes generales del ferrocarril que están en Remedios de Escalada, se hayan incorporado a la cultura general de la universidad, donde asisten a las distintas carreras, cursos y espacios unos 700 adultos mayores".
Accesorios para evitar caídas o resbalones durante la ducha; un reloj con pictogramas ayudamemoria y otros objetos más sofisticados, como bastones con luz, serán parte del proyecto de este año, contó Carlos Padín, integrante del grupo y conocido artista plástico que puso al servicio de sus pares sus conocimientos de arte cerámico.
En 2012, "serán los adultos mayores y jóvenes de la carrera de diseño industrial quienes capacitarán comunitariamente a integrantes de hogares y residencias geriátricas, y escuelas de educación especial de la zona", dijo la coordinadora.
La idea es lograr que puedan confeccionar por sí mismos estas adaptaciones o dispositivos y se conviertan a su vez en multiplicadores de la experiencia formando luego a otras personas.