¿Cómo es posible que Japón, una isla tan pequeña (del tamaño del estado de California, USA), con casi 130 millones de bocas para alimentar, donde no hay recursos naturales abundantes ni mucho menos petróleo, sea la segunda potencia mundial, sus habitantes sean los mas longevos del planeta y este considerado como uno de los países mas seguros de la tierra?
Japón es actualmente uno de los tres polos del poder económico mundial.
Luego de un primer proceso de industrialización en la segunda mitad del siglo XIX, experimentó un aumento de su poderío económico y político que le permitió expandir su poder imperial sobre los países vecinos. Empobrecido por la destrucción causada por la Segunda Guerra Mundial, logró en pocos años ponerse a la cabeza del desarro-
llo económico y tecnológico mundial.
El progreso alcanzado por el Japón es totalmente extraordinario, ha cambiado el mundo y nuestra percepción del mismo. Ha sido capaz de combinar crecimiento económico y redistribución de la riqueza, así como reducir la desigualdad del ingreso. A pesar de la gran transformación de su territorio y de su sociedad, la identidad cultural fue cuidadosamente preservada, demostrando que es factible la modernización sin occidentalización.
Estos logros requirieron un extenuante esfuerzo de la sociedad japonesa, con trabajadores cumpliendo horarios de trabajo más extensos, consumiendo mucho menos y ahorrando e invirtiendo mucho más que los trabajadores de los Estados Unidos y Europa.
Paradójicamente, el Japón fue ayudado por las reformas impuestas por la ocupación norteamericana al fin de la Segunda Guerra. La prohibición de toda actividad bélica lo liberó del peso que significan los gastos mil/tares y le permitió centrar su atención en el desarrollo económico.
Este desarrollo solo puede ser explicado por la dinámica interna de la sociedad japonesa, en cuya base estaba el proyecto de afirmación de la identidad nacional.
Un país empobrecido por la guerra, dependiente de la importación de materias primas y energía, se movilizó colectivamente, primero para sobrevivir, luego para competir y finalmente para afirmarse a sí mismo por medio de la producción industrial y la innovación tecnológica. Después de 1945 el nacionalismo japonés reemergió en la forma de un proyecto de desarrollo económico guiado por el Estado y orientado a competir pacíficamente en la economía internarnaciosociedades
Fuente: historiaybiografias.com