El verdadero amor es algo que la vida regala solo a unos cuantos. El haber coqueteado con algunas de sus formas, nos revela que es algo palpable, oloroso, sabroso y sudoroso.
Los escépticos e incrédulos, casi siempre son los que dependen de todo lo que el mundo muestra bajo sus alas y entre tentaciones pierden el curso de sus vidas, sin llegar a saber cuánto pierden diariamente consigo mismos sin su disfrute.
Si tu lo has sentido, si algo de ese amor aún te inunda…¡aprovéchalo!, no dejes que se pierda bajo las alas negras de este mundo…cuídalo mientras a tu alcance esté, de lo contrario mañana será tarde.
El amor en estos tiempos suele ser momentáneo, nada duradero, por eso insisto, si en el vagar del amor por estos mundos, tiene él , algún encuentro contigo, guarda del momento -“lo mejor”-, porque retenerlo para sí mismo y por mucho tiempo, sigue siendo un enigma aún por descubrir. Consume todas las dosis que puedas desde tu adentro, para que tu alegría bañe todo lo que te rodea.
Cuida tu pequeño espacio de tierra, allí donde eres tú el único rey, el único amante.