Rogelio Garza Rivera: ¿PASARA A LA HISTORIA COMO “EL RECTOR DE LA DEMOCRATIZACIÓN UNIVERSITARIA”?.
Da la impresión de que la ruta tomada por el Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Rogelio Garza Rivera, se centra en la tendencia de que la Universidad Pública sólo puede ser concebida como tal si se desarrolla con real democracia.
De ser verdadera la impresión generada, en dicha tendencia podría ubicarse la clara posibilidad de retirar, gradualmente, la figura de coordinador en preparatorias y facultades de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Lo anterior, a la par, de la búsqueda de una solución consensada al conflicto post-electoral existente en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
El que existiera una tendencia que impulse la democracia universitaria no representa necesariamente una atentado contra la institucionalidad, tal como lo consideran quienes piensan que la Universidad es solo un lugar de trabajo, y esperan que sea lo más cómodo posible.
En razón de lo anterior, en la UANL, se podría estar impulsando un cambio histórico que se encamine con la intención de reformar la realidad de una institución que en diferentes etapas ha sido calificada de altamente burocratizada, con normas legales y administrativas que solo tienden a controlar agregando múltiples restricciones. De siempre, este tipo de reformas han sido impulsadas por quienes consideran a la Universidad como un fin en sí, y ven en ella un proyecto de formación, de generación de conocimiento y de creación artística al servicio de los estudiantes y del país.
AUTONOMÍA Y DEMOCRACIA UNIVERSITARIA.
Es innegable que el origen de la Autonomía Universitaria está fincado en el anhelo de una democracia que permitiera a los universitarios el auto-gobierno, de ello que es dable el pensar positivamente que la participación de la comunidad en la democracia universitaria tiene incidencia en la formación ciudadana de los estudiantes adhiriendo en sí un valor para la propia institución en el proceso formativo de un ciudadano integral
La idea de que la universidad debe gobernarse y regularse por sí misma es la esencia de la autonomía universitaria. La autonomía es la facultad que poseen las universidades para autogobernarse, tener sus propias normas en el marco de su ley orgánica, designar a sus autoridades, determinar sus planes y programas dentro de los principios de libertad de cátedra, investigación y para administrar libremente su patrimonio.
En la universidad, la democracia no debe entenderse solamente como un criterio electoral. Corresponde a un sentido decisional de mayor extensión y alcance que el electivo reconociendo, respetando y alentando, gracias a la autonomía, el espíritu libre, creador y crítico.
La Universidad, como institución del Estado mexicano dotada de autonomía académica y administrativa, representa la consecución de un ideal a favor del progreso al cumplir una función sociocultural, que debe ser orientada por valores y principios axiológicos que fundamenten su razón de ser, suponiendo un conjunto de responsabilidades para quienes se benefician de ellas. De esta forma la democracia universitaria es un asunto relevante.
La universidad, por ley, representa la consecución de un ideal a favor del progreso al cumplir una función sociocultural: realizar los valores, principios y anhelos que la sociedad espera lograr a través de la educación, y proveer profesionistas, investigadores y académicos, dotando al entorno social de cuadros altamente calificados.