( ... ) Desde ese día ya no paraste. Y nos es porque fueras algo fuera de lo convencional. Cumplías la media. Por eso nunca te vi preocupado y creo ademas, que es algo que nunca te rayó. Tal vez tu éxito - si se puede definir así - es porque aprendiste a llevar el ritmo. A ser paciente. También porque nunca fuiste un egoísta y siempre de una manera u otra quedabas como un señor. No cabe duda, que cuando decidiste aprender mas sobre las relaciones humanas, tu vida en ese aspecto gano y siempre había una segunda o tercera cita. Si amigo mio, no te puedes quejar. Y considero que tampoco quienes disfrutaron de tu compañía. Es de muy mala educación en estos temas dar nombres, cifras o situaciones determinadas. Por eso creo que haces bien manteniendo esa discrepción y esa comedida prudencia. A esto quiero añadir mi gratitud inconmensurable hacia ti por todos los momentos buenos que me diste y que juntos supimos vivirlos. Y por supuesto, a todas las damas que nos acompañaron en tantos y entrañables encuentros.
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Fuente: imanolgomez.blogspot.com.es