Científicos afirmaron que alimenta las esperanzas de clonar el animal. El tejido muscular del cuerpo también está en óptimas condiciones.
Se sabe que, desde hace años, la ciencia evalúa recuperar animales extintos utilizando su ADN, y que con los avances de la biología molecular ya no sería un milagro “resucitar” especies desaparecidas. Si a todo esto se le suma nuevos hallazgos como el ocurrido recientemente en una remota isla del Ártico, es probable que los mamuts vuelvan a estar vivos.
Es que científicos rusos encontraron el cadáver de un mamut lanudo con sangre líquida perfectamente conservada, lo que alimentó las esperanzas de que se puedan clonar animales de la Edad de Hielo.
El animal se mantuvo en excelentes condiciones porque su parte inferior quedó atascada en hielo puro, dijo Semyon Grigoriev, director del Museo del mamut y jefe de una expedición a las remotas islas rusas de Lyakhovsky, frente a la costa de Siberia.
“La sangre es muy oscura. Se encontró en cavidades de hielo por debajo del vientre y, cuando las separamos con un pico de sondeo, la sangre fluyó”, dijo Grigoriev en un comunicado difundido por la Universidad Federal del Noreste, en Yakutsk.
Se cree que los mamuts lanosos o de la tundra se extinguieron hace unos 10 mil años, aunque los científicos creen que pequeños grupos vivieron más tiempo en Alaska y en las islas de Siberia.
Los científicos descifraron gran parte del código genético del mamut lanudo a partir de su pelo. Algunos creen que es posible clonarlos si se encuentran células vivas y que el hallazgo podría proporcionar ese material necesario.
Al parecer, la sangre de los mamuts no se congelaba pese a las temperaturas extremas, probablemente para mantenerlos calientes, agregó Grigoriev. La temperatura en el momento de la excavación era de -7 a -10 grados Celsius.
Los investigadores recolectaron muestras de sangre del animal en tubos con una sustancia especial para conservarlas. Fueron enviadas a Yakutsk para análisis bacteriológico y prevenir infecciones potencialmente peligrosas. El tejido muscular del cuerpo también estaba en condiciones perfectas.
“Los fragmentos de tejidos musculares, que encontramos separados del cuerpo, tienen el color rojo natural de la carne fresca'', dijo Grigoriev.
Los mamuts, de hasta cuatro metros (13 pies) de altura y 10 toneladas de peso, vagaban a través de áreas enormes entre Gran Bretaña y América del Norte. Se extinguieron por acción de los humanos y el cambio climático.
Fuente: www.clarin.com