El suicidio de Robin Williams, el famoso actor de Hollywood, causó impresión en todo el mundo. Deborah Lubov, de la redacción de ZENIT en inglés entrevistó en Roma al Wenceslao Vial, sacerdote, médico y profesor de psicología y vida espiritual en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. A continuación proponemos las partes más importantes.
Robin Willams era “un hombre famoso que parece sufría de depresión crónica desde jóvenes a la que se añadió el párkinson. “Dos enfermedades que pueden provocar una alteración de la libertad y de la responsabilidad”, indicó el sacerdote y médico Vial. A lo que se añade “la herida del alcohol y de la droga”.
Interrogado sobre si la pérdida de la fe puede llevar a la depresión, el profesor universitario consideró que “el concepto de depresión incluye síntomas y enfermedades diversas entre ellas, con causas múltiples y diversas que hoy afecta al 15 por ciento de la población”, aunque reconoció que antiguamente se diagnosticaba poco esta patología.
Entretanto “la pérdida de responsabilidad de alguna manera está relacionada con la disminución de la fe, y podría ser otro de estos factores”. Porque “con frecuencia se olvida que responder implica la existencia de alguien que reciba y merezca una respuesta”.
Este 'alguien' puede ser un amigo, la familia, los seres queridos... Si falta su apoyo o no hay una confianza o una fe humana en ellos, se abre más fácilmente el espacio a la tristeza patológica”.
“Para el creyente --precisó el médico-- la fe en Dios no es una 'medicina' para no enfermarse de depresión, pero aumenta los recursos para combatirla, también porque existe un ser superior a quien debemos dar una respuesta”.
En síntesis, la persona que intenta estar más cerca de Dios encuentra una plenitud en la vida, sentido de las cosas, realización, etc. y puede tener más estabilidad. Si bien precisa que ”tener fe no significa la no existencia de trazos de personalidad que favorecen la depresión” como pueden ser el “perfeccionismo y la obsesividad”.
El profesor recordó que Juan Pablo II escribió que Jesús es el único de revela plenamente el hombre al hombre. Y concluye que “por lo tanto no sorprende si un alejamiento de Jesús pueda producir un aumento de la sintomatología depresiva debido a las mayores dificultades para entender diversas situaciones de la vida”. Recuerda que además existen diversos artículos científicos que muestran una mejoría de la salud relacionada a la práctica religiosa, como la “relación de confianza con un Dios que se hizo hombre y nos escucha” o sea “no un juez implacable sino un padre que nos quiere mucho”.
Interrogado sobre las cosas que desde el punto de vista de la fe pueden ayudar a combatir la depresión, el médico indicó: “La fe cristiana considera también el lado humano y los progresos de la ciencia. Por ello la primera cosa que aconsejaría a una persona que sufre de depresión, es la de ir a un buen médico”. Precisa que hoy existen medicinas y psicoterapia muy útil. Y que los mejores resultados “se obtienen normalmente juntando medicinas a la psicoterapía”.
En cambio “desde el punto de vista espiritual, una persona con depresión, como cualquier persona, encontrará ayuda en la oración, en el encuentro con Jesús en la eucaristía y en la confesión”. Inclusive al rezar el Padre nuestro dando “el perdón a quien nos ofende”, porque esto “es una clave de estabilidad”.
Y concluyó indicando que la fe “no modifica la enfermedad, aunque sí la actitud ante esta” aunque es importante precisar “que la enfermedad de la depresión tiene diversas causas, incluso hereditarias”.
Interrogado sobre si una persona que tiene 'fe fuerte' y no practica corre un riesgo mayor de sufrir de presión que una persona con poca fe y practicante, el médico precisó: “La coherencia es vital. La doble vida en cualquier grado es un factor de los más desestabilizantes en una persona”. Y añadió que “quizás corre menos riesgo de depresión una persona sin fe que un creyente que no practica.
Aunque precisa que ante el riesgo de depresión, "el apoyo que se encuentra en otros fieles y las enseñanzas para vivir una vida feliz, sirven como prevención”. E ilustra que por ejemplo “en la Iglesia la persona puede conocer más fácilmente la importancia de alejarse de situaciones de riesgo de patologías psíquicas, como el consumo de alcohol, la sexualidad sin límites, la infidelidad conyugal, etc.
Sobre la depresión y las regiones más afectadas del mundo, el profesor universitario indica que en los países fríos y con escasa luminosidad se registran más casos, como en las áreas en donde las poblaciones sufren violencia, persecución y limitaciones socioeconómicas importantes. Precisa además “que las situaciones de depresión varían de una cultura a otra”.
“A tantas personas --concluye el profesor Wenceslao Vial-- podría servirles pensar que Dios filma una película, una Persona que nos ayuda a recitar con alegría la parte que nos toca, dentro de la gran historia de los hombres”. Y precisa que “la fe y la esperanza nos hacen rezar para que el mismo Robin Williams, con su sentido del humor nos mire desde el cielo y que quizás nos diga: ¡Good Morning! Sonríe, Dios te está filmando.
Fuente: www.zenit.org