Nuestra historia arranca en una masía catalana de Gurb, un pueblo de apenas dos mil almas en la Plana de Vic, un lugar apartado mundo al que no llegaba ni a tiros Internet. Allí nació Ramón Roca y allí quería vivir, a 75 kilómetros del enjambre de Barcelona. El problema era que no había conexión.
Puesto a buscar una solución, no tardó en darse cuenta de que su "problema" era compartido... "Eramos gente viviendo en zonas rurales, con trabajos relacionados con las tecnologías, que no podíamos vivir sin Internet. Y ya se sabe cómo somos los 'frikis', que tendemos a juntarnos para compartir ideas. Y si Internet no venía al pueblo, nosotros teníamos que traerlo, aunque fuera poniendo por nuestra cuenta las antenas".
Así fue como nació en Gurb (como el extraterrestre de Eduardo Mendoza) el embrión de lo que acabó llamándose Guifi.net y que se ha convertido en apenas 10 años en un referente mundial. Con su epicentro en este envidiable enclave en tierra de payeses, Guifi.net ha cuajado en la mayor red de telecomunicaciones libre, abierta y neutral, con 26.400 nodos activos y creciendo día a día.
"Me gusta recalcar lo de 'juntos podemos' porque nada de esto habría sido posible sin el esfuerzo colectivo", recalca Ramón Roca, que sigue trabajando en Oracle y dedica casi todo su tiempo libre a la Fundación que lleva el nombre de la original "criatura".
Antes de seguir avanzando, para evitar malentendidos, le preguntamos a Ramón Roca qué y qué no es Guifi.net ... "Somos una alternativa para acceder a Internet a través de una red que es de todos, y que se construye y se financia a través de los propios usuarios y las empresas que participan en la red... Y no somos una compañía privada más que pretenda dar un 'pelotazo' o aprovecharse de la especulación o de las burbujas tecnológicas".
Un usuario que vive en una zona rural donde no llegan las operadoras tradicionales. Dos familiares de la misma ciudad que quieren comparir el coste de internet. Unos estudiantes en un piso de alquiler que quieren conectarse a un precio bajo. Un ayuntamiento que quiere hacer llegar la banda ancha a las residencias dispersas... Esos son algunos de los perfiles típicos de ususarios de Guifi.net.
"Tampoco somos un servicios wifi gratis", precisa el fundador de Guifi.net. "Aunque nuestros usuarios pueden conectarse a internet a un coste reducido y contribuir de diversas maneras, desde ceder un espacio para instalar una antena a implicarse en el "núcleo duro", participar en los "guifilabs" y convertirse en motor del proyecto".
A diferencia de la planificación centralizada de las operadoras comerciales, aquí es la multitud la que va construyendo sus redes, en un modelo horizontal y descentralizado, construido desde abajo. La base es un acuerdo de interconexión: cada participante extiende la red y obtiene a cambio la "conectividad".
En el mapa de expansión de Guifi.net podemos comprobar cómo ha ido creciendo el mosaico, desde el epicentro en Cataluña hasta la costa valenciana, con Madrid, Asturias, País Vasco y Galicia despuntando a lo lejos, y los puntos verdes centelleando ya en Marruecos, Europa y América.
Curiosamente, el modelo pensado inicialmente para conectar enclaves rurales se ha ido propagando a las ciudades, donde también existían "islas digitales". En el barrio barcelonés de Sant Antoni acudimos al "guifilab" coordinado por Josep Jordana, director del Proyecto Pirene Lab y miembro activísimo de la comunidad de Guifi.net (integrada en el European Network of Living Labs).
"Nos solemos juntar todos los jueves, en partes distintas de la ciudad, para hablar sobre aspectos técnicos de la red o sobre problemas puntuales que van surgiendo con la expansión", advierte Josep. "En Guifi.net somos hoy por hoy más de 35.000 usuarios, aunque unos doscientos son especialmente activos y van tirando del carro. Sobre la marcha se va produciendo además un relevo generacional y de gente más o menos implicada, para seguir impulsando el proyecto y evitar el estancamiento que ha dado al traste con otras iniciativas".
"En una década nos hemos convertido en una referencia sobre cómo crear plataformas P2P de colaboración entre pares", añade Josep Jordana. "Nuestro modelo ha servido de base a muchas otras iniciativas en el campo de las telecomunicaciones y podría servir de inspiración a redes en otros sectores como el de la energía".
Guifi.net, que nació con vocación inalámbrica, decidió extender hace cinco años la fibra óptica... "Nos dimos cuenta de que el ADSL era un cuello de botella y decidimos pasar a la acción", explica Ramón Roca, camino de su retiro payés en Gurb, eterno laboratorio de pruebas para nuevas y futuras fases de expansión de la red de todos (que no es de nadie).
"Queremos que la red se propague por todas las partes, aunque nos tachen de ambiciosos", asegura Ramón Roca. "Y queremos demostrar que nuestro modelo de red abierta, libre y neutral es perfectamente compatible con la economía de mercado. Se trata de dar a la gente otra opción, y reclamar el derecho de los ciudadanos al uso de la infraestructura de las telecomunicaciones, en el espíritu de la gobernanza de los bienes comunes que proponía Elinor Ostrom".
Fuente: elmundo.es