La mala noticia es que el tiempo vuela, la buena es que tú eres el piloto, de manera que tú decides que hacer con él, es decir cómo aprovecharlo, sin duda es imposible lograr que sea más lento o más rápido, simplemente pasa como tiene que pasar, a veces se percibe la idea de que se puede congelar un momento especialmente cuando es un momento glorioso y triunfal, tal es el caso de Julio Cesar Chávez quien no probo la derrota durante 13 años, donde ya contaba con un récord de 88 peleas.
Los que conocen la historia de Julio Cesar saben que el venia de muy abajo, de donde solo alguien con hambre de crecer se atrevería a salir de ahí para buscar una oportunidad, aquí surge la cuestión: ¿qué fue lo que motivo a Julio para salir adelante?, seguramente muchos conocen o imaginan la respuesta, la cual en esta ocasión no será tema de debate, sino de reflexión.
Sin afán de criticar surgen otras interrogantes: ¿Qué pasa con los hijos del Gran campeón mexicano?, ¿Por qué no luchar por seguir con ese legado?, no se trata de ser la sombra del padre, sino de forjar una historia propia y ¿por qué no? crear una dinastía donde se recuerde a los Chávez como una familia de campeones, esta situación es algo que solo ellos saben cuál será su desenlace, por muchas críticas, abucheos o aplausos que reciban solo ellos tendrán la capacidad para lograr el éxito o el fracaso.
Es necesario resaltar una vez más que esto es una crítica, sino una reflexión sobre el tiempo ya que es de lo único que sé es dueño del tiempo y de la propia vida, recordemos que se puede hacer y deshacer, pero no se puede retroceder ni deshacer lo hecho.