Si eres usuario de Facebook es probable que ya sepas que el dueño y señor de la compañía en la que viertes todas tus miserias, Mark Zuckerberg, ha estado de visita en España. La red social ha avisado a sus clientes españoles de que su CEO venía a nuestro país, e invitaba a seguir sus andanzas. Poco importa que no te interesen lo más mínimo sus movimientos, Zuckerberg es uno de los empresarios más mediáticos del mundo y la mayoría de sus quehaceres acaban haciéndose públicos (¿si él sabe todo de nosotros, por qué no íbamos a saber nosotros todo de él?).
Hoy nos hemos enterado de que, durante su visita a Barcelona, el CEO de Facebook cenó con Piqué y Shakira, disfrutó de la cocina del restaurante Tickets y se dedicó a comer jamón, la verdadera razón por la que, asegura, ha vuelto a la Ciudad Condal (además de para asistir al World Mobile Congress).
Pero más allá de los chismes locales, lo más interesante de su visita ha sido un encuentro en el Liceo donde el CEO de 30 años ha contestado a todas las preguntas que le han hecho los asistentes. Allí Zuckerberg ha hablado de uno de los secretos mejor guardados de Facebook: su política de Recursos Humanos, que es tan peculiar como el jefe.
“Sólo contrataría a una persona si creo que también me gustaría trabajar para ella”
A la pregunta “¿qué es lo que busca en un empleado?” Zuckerberg ha contestado con rapidez y de forma tajante: “Sólo contrataría a una persona si creo que también me gustaría trabajar para ella. Es una regla bastante buena y siempre me ha funcionado”.
El empresario reconoció que Facebook tiene problemas para contratar gente, porque hay más trabajo que personas que sepan hacerlo bien y eso hace que se acabe fichando a sujetos que no son los adecuados para el puesto. “Facebook no es una empresa para todo el mundo”, aseguró. Y eso está claro. Para Zuckerberg es requisito indispensable que los empleados compartan los valores de la compañía. Pero ¿cómo se debe ser para caerle bien al jefe?
Un equipo pequeño, un jefe rarito
La plantilla de Facebook es relativamente pequeña en comparación con la de otros gigantes de Internet. La compañía emplea a menos de 10.000 empleados, en comparación con los 55.000 que trabajan, por ejemplo, en Google.
“Lo más importante es mantener tu equipo lo más pequeño posible”, ha asegurado. “Facebook sirve a más de mil millones de personas en todo el mundo pero nuestro equipo es de menos de 10.000. Esto sólo es posible por la tecnología moderna. Las grandes empresas suelen hincharse”.
Teniendo en cuenta lo maniático que parece Zuckerberg (al menos si nos fiamos del retrato que se hace de él en La red social, que es el mejor testimonio del que disponemos hasta la fecha), no parece que trabajar con él sea lo más maravilloso del mundo. Sin duda, y como ha dejado claro en Barcelona, es un tipo exigente.
En 2012, el portal Quora preguntó a sus usuarios –todos profesionales del mundo de las nuevas tecnologías– si es difícil trabajar junto a Zuckerberg. Hay varios empleados de la compañía que contestan haciendo la pelota a su jefe (algo lógico teniendo en cuenta las posibilidades de que se enterara), pero un extrabajador de Facebook, Yishan Wong –desde la comodidad que supone no ser ya empleado de la compañía– ofrece una versión menos complaciente con el papel de su antiguo CEO.
“Él no es el tipo de persona carismática ideal, cuya cualidad principal es que es fácil de tratar”, asegura Wong. “Por el contrario, es un CEO exigente con un objetivo obsesivo: que Facebook tenga éxito. Esto no quiere decir que sea mala gente, es un tipo simpático a nivel personal, pero tiene una tolerancia limitada hacia la fragilidad emocional de la gente que necesita para ejecutar esa misión”.
Wong cree, en cualquier caso, que el autoritarismo es algo común en la mayoría de grandes líderes empresariales, incluidos Jack Welch, Steve Jobs, Bill Gates y Larry Ellison. “Mi teoría es que el nivel de exigencia personal necesario para conducir una empresa global con una posición de liderazgo capaz de cambiar el mundo es demasiado grande para la mayoría de personas”, asegura. “Estos líderes no suelen consentir muchas cosas a nivel emocional y Mark Zuckerberg es así”.
Pero además, Zuckerberg es, según Wong, “un poco Asperger” y cuando hablas con él, explica, no sabes si te está escuchando: “He tenido muchas experiencias de momentos en los que me ha pedido mi opinión sobre algo y aunque éramos las dos únicas personas en la habitación no estabas seguro de si realmente había comprendido o le había importado siquiera aquello que había contado, aunque luego, cuando se anunciaba algún cambio estratégico, solía integrar algunas de mis opiniones”.
Según el extrabajador de Facebook, Zuckerberg escucha a todo el mundo, pero parece que no escucha a nadie. Por eso lo calificaría como “duro, pero justo”. Ahora bien, si no estás dispuesto a darlo todo, “no es el hombre que buscas”. El que avisa no es traidor.
Fuente: www.elconfidencial.com