Si quieres generar un positivo impacto en tu salud mental y emocional, has de ocuparte de celebrar casa logro o éxito. La razón de tan agradable consecuencia es que el refuerzo positivo te proporcionará cambios a nivel neurológico, estimulándote, lo que redundará en una mayor actividad cerebral que la desarrollada por otras personas que acostumbren a que sus triunfos pasen desapercibidos.
No en vano, un logro es mucho más que una meta cumplida o un objetivo alcanzado, es un concepto que incluye a la gente. Del mismo modo que el término “desafío” parece más personal que un objetivo, un logro se traduce en una participación crucial en el trabajo, que únicamente llega tras un esfuerzo importante.
De ahí la relevancia de la celebración como forma de rendir homenaje a la vida asociada al deber diario. De lo que se trata es de poner ánimo y entusiasmo, encontrando profundos motivos para festejar. Una persona que no sea capaz de celebrar, terminará por no saber discernir lo valioso de lo accesorio, no pudiendo traspasar la línea que divide el trabajo de la vida personal.
Entre las razones por las que los logros deben ser festejados se encuentran:
1ª. Conexión directa con el valor de la recompensa. Da igual que se trate de una cena con los compañeros, de un fin de semana de total esparcimiento con tus allegados, de una tarde de diversión realizando tus actividades favoritas o de un evento temático. La idea es celebrar ese logro tan anhelado y en cuya consecución tanto empeño has puesto.
2ª. “Pasarela” para seguir avanzando. Olvídate de esos “pensamientos trampa” que te impidan festejar adecuadamente un éxito. Desecha todos aquellos pensamientos que se conviertan en un obstáculo para tu celebración y ¡lánzate a disfrutarla!
Si te boicoteas a ti mismo y no eres capaz de festejar tus logros, el avance se hará más difícil. Consentirte un poco aumentará tu motivación para proponerte metas nuevas, renovando tu energía, mejorando tu autoestima y promoviendo una mentalidad más constructiva.
3ª. No existe logro que no deba ser festejado. Aunque no otorgues la misma entidad a la culminación de un máster muy complicado que a la capacidad de sacrificio demostrada haciendo ejercicio toda la semana, pese a lo mucho que te cuesta calzarte tus deportivas tras una dura jornada laboral, ambos triunfos han de celebrarse en su justa medida.
Si a la finalización del primero te tomas la licencia de irte en la mejor compañía quince días al Caribe, bien puede propiciar el segundo que te saltes la dieta por una noche y encargues a tu local preferido esa pizza que hace tus delicias.
Fuente: www.milesdefiestas.com