Cómo actuar frente a esta situación y qué hacer sin causar daño.
La pequeña de Juan hizo pataleta. Cuando intentó alzarla, su suegra se la rapó de las manos porque, según ella, al alzarla la estaba maltratando, cosa que para él era inexplicable pues tan solo quería hacerle caer en la cuenta a la pequeña que estaba actuando mal; sin embargo, la abuela no le permitió, en ese momento, desempeñar el papel de papá.
A Laura* le ocurre algo muy similar con su madre. Cuando debe realizar alguna diligencia sin su hija, su mamá le reclama por no estar con ella. Incluso, cuando la pequeña tenía 6 meses, se opuso a que trabajara, argumentando que aunque ella sabía que a muchas madres les tocaba dejar a su hijos, su nieta tenía la posibilidad de estar todo el tiempo con la mamá.
Esta situación es más común de lo que se piensa. Existen abuelos, en su mayoría, abuelas, que interfieren en la educación de sus nietos, pasan sobre la relación de una pareja y asumen funciones que no les corresponden, sin previo acuerdo. Se vuelven obsesivas, a tal punto que pueden apropiarse de su nieto como su hijo.
Las causas
Rocío Hernández, psicóloga clínica, especializada en crisis y facilitadora en constelaciones familiares, cita tres razones por las cuales una abuela puede obsesionarse con educar y cuidar a su nieto. La primera es porque quizás se siente sola, vio que terminó su tarea como mamá y no tiene otra labor que la haga sentir plena. “Han disfrutado muchísimo su papel, el cuidado que tuvieron con sus hijos y les cuesta trabajo delimitar el del nieto porque aman profundamente el papel de ser madre”, explica.
Otra razón es la estructura psicológica. Hay personas con un papel salvador; quieren y necesitan intervenir permanentemente en la vida de los demás con la creencia de que los necesitan. Dice Hernández, “quieren orientar al hijo, intervenir y tomar decisiones porque están convencidas que tienen las soluciones”.
Y existen aquellas que quieren ayudar, pero de una forma autoritaria, porque están convencidas de que ellas lo hicieron muy bien, los resultados fueron grandiosos, son psicorrígidas, “el mundo empezó y acabó en su época”, entonces quieren educar a los nietos como educaron a sus propios hijos. Y muchas veces, añade la especialista, los padres de los niños, al estar ante figuras tan autoritarias, tampoco han tenido la oportunidad de desarrollar una personalidad autónoma y permiten la invasión de los abuelos.
Margarita Mendoza Burgos, psiquiatra infanto-juvenil y terapeuta de familia, añade que estas abuelas generalmente son perfeccionistas, con metas altas, pero también pueden sentir que ‘la vida les da una segunda oportunidad’, a veces, de mejorar lo que no hicieron con sus propios hijos o porque se sienten más expertas.
La médica psiquiatra y psicoterapeuta Rocío Barrios dice que también pueden existir alianzas. Hijas que se apoyan en las madres para el cuidado de sus hijos, incluso más que en los hombres.
Fuente: www.abcdelbebe.com
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