Producir sangre pura es la finalidad de la alimentación, aparte de aportarnos los nutrientes y energía que necesitamos para vivir.
Sin embargo, algunos factores como la vida moderna, (sobre todo en las ciudades) nos ha llevado a adquirir ciertas costumbres alimenticias no del todo favorables para éste propósito de producir sangre de calidad.
Debido a esto, son nuestros órganos internos los que se resienten producto de una alimentación deficiente en los nutrientes que realmente necesita nuestro cuerpo. Por ejemplo, puede que nuestro organismo necesite vitaminas y minerales, pero en vez de comernos una fruta o beber una infusión de romero, nuestra costumbre nos lleva a beber té, café o mate con azúcar blanca refinada o a comernos unas galletas.
No queremos criticar a nadie ni decir que esto sea malo, sino que no le estamos aportando al cuerpo lo que realmente necesita para producir sangre pura o satisfacer necesidades básicas de minerales. Y puede que no nos sintamos extremadamente mal, pero son éstas costumbres, día tras día, las que van a determinar nuestra salud o falta de ella en el futuro.
Para cambiar esta situación, si queremos realmente hacer algo por nuestra salud, debemos adquirir costumbres que nos ayuden en el propósito de aportarle a nuestro organismo lo que realmente necesita para funcionar óptimamente.
Una excelente opción que el cuerpo agradecerá es la de acostumbrase a beber infusiones de hierbas que tengan propiedades:
Para purificar la sangre, expulsando toxinas: Cola de Caballo, Zarzaparrilla, Sanguinaria, Gualanday (jacarandá), Parietaria, etc.
Para ayudar a la digestión: Ajenjo (en cantidades pequeñas), Boldo, Bailahuén, Orégano, etc.
DIURÉTICAS. Favorecer la eliminación de toxinas del riñón y la orina: Cola de Caballo, Albahaca, Jugo de Limón, Jugo de Melón, Flores de Sauco, etc.
PARA CALMAR LOS NERVIOS: Manzanilla, Menta, Cedrón, Poleo, Melisa, Valeriana, etc. Estas plantas también ayudan a la digestión
Esto es sólo un pequeño ejemplo de hierbas con las que podemos incorporar minerales que nuestro cuerpo necesita y que a veces pide a gritos pero no sabemos escuchar.
Una infusión diurética la podemos tomar en ayunas. Una digestiva, a media mañana o a media tarde. Una depurativa también en ayunas o un par de horas antes de descansar por la noche.
Si abrimos nuestros ojos y nos damos cuenta de la necesidad de incorporar este tipo de costumbres a nuestra vida, sin duda, nuestro organismo se verá enormemente agradecido.
¿Qué esperas para comenzar? Posiblemente tengas alguna de estas plantas en el patio de tu casa.
Fuente: senderosaludable.net