Hace unos días circula por internet el testimonio de una joven uruguaya de tan solo 24 años que sufrió de cáncer de piel por su incesante exposición al Sol, que fue compartido por la página Melanoma Uruguay.
La joven intenta con su testimonio concientizar a las jóvenes de que un par de bronceados no justifican una enfermedad tan terrible.
La carta fue compartida 15 mil veces y recibió más de un millón de likes y conmociona a jóvenes de toda Latinoamérica.
En esta época en la que todos intentamos disfrutar del Sol de verano, es fundamental ser conscientes de los riesgos de exponernos en horas peligrosas y no usar pantalla.
"Fui diagnosticada con melanoma, y a esta altura ya ha hecho metástasis, y solo tengo 24 años. Apenas salía un rayo de sol, yo siempre era la primera con mi toalla y mi bronceador lista y dispuesta para empezar a tomar un poco de color. No necesariamente tenía que ser verano, en los meses previos yo ya estaba bronceada porque me exponía apenas empezaba el calorcito. También, para casos especiales, iba al solarium.
Mucho me hablaron del melanoma, cáncer de piel y otros riesgos de hacer exponerme de esa manera, sin embargo, como en muchas cosas en la vida, uno nunca cree que te va a pasar a ti. Al de al lado, quizás, pero a ti jamás. Por eso, siempre hice caso omiso a todo lo que me decían y hoy me arrepiento. Por lucir un bronceado que me duraría unas semanas, me provoqué algo que quizás me dure toda la vida: fui diagnosticada con melanoma, y a esta altura ya ha hecho metástasis, progresando a la fase IV, y solo tengo 24 años. Ahora veo que un bloqueador 15 y un sombrero no fueron suficientes para cuidarme de algo que casi mi mata.
El melanoma, es causante de la mayoría de las muertes relacionas con el cáncer de piel, y no tiene síntomas evidentes si no es en etapas avanzadas. El único tratamiento efectivo es la eliminación de ese tejido, pero solo cuando no ha alcanzado aún los 1 mm, algo muy difícil cuando en realidad no hay mayores síntomas para diagnosticarlo.
Fue un lunar en mi cabeza el que me dio la triste noticia. Al principio solo era un poco molesto, pero no tardó en convertirse en una verdadera pesadilla. Una vez diagnosticada, no quise hablar con nadie, quise evitar la realidad, no podía creer que esto me estuviese pasando a mi. Tenía miedo, mucho miedo, ni siquiera sabía si sobreviviría, no quería enfrentarme a esto.
Un par de días después, luego de diversas reuniones con doctores me tuve que operar. Sabía que no sería sencillo, sin embargo fue más complicado de lo que esperaba. Todo el escenario era mucho peor a lo que había imaginado. Una operación que debía durar 3 horas, terminó durando 7.
Me sacaron un gran número de ganglios linfáticos del lado derecho de mi cuello, y me dijeron que 4 de ellos tenían células cancerígenas, algo que parecía ser mucho. Luego de 5 días en la clínica pude volver a casa.
Necesité kinesiología para volver a mover mi cuello, quimioterapia y variados procedimientos, que por supuesto no fueron sencillos. No puedo volver a exponerme al sol, y los riesgos están al acecho. No estoy 100% a salvo.
Gracias a la vida pude descubrir esto más temprano que tarde teniendo la oportunidad de hacer algo, pero el cáncer de piel no avisa, no tiene síntomas, y muchas personas lo descubren demasiado tarde. Ahora lo digo en serio, mejor prevenir que lamentar. No le deseo a nadie que pase por lo que yo he pasado, porque pueden seguir sacando lunares y tumores, pero pocas veces esa es una solución efectiva.
Lo importante es que cualquiera puede tener cáncer de piel. No importa la edad ni el sexo. Tampoco discrimina por exposición: puede ser que no tomes sol nunca, pero un cúmulo de insolaciones en donde no te cuidas puede llevarte a esto. Cuida tu piel, no tenés otra."
Fuente: www.rumbosdigital.com