"La comida no se tira". La frase con la que nos educaron nuestros padres es hoy el slogan del proyecto Heladera Social, que pusieron en práctica tres restaurantes de Tucumán, y apunta a que los locales gastronómicos mantengan refrigerada y en la vereda la comida que no pudo ser vendida y no fue tocada por los clientes. Quienes no puedan pagar, simplemente abrirán la heladera y retirarán lo que necesiten.
Es la primera heladera social del país y ya contagia la idea solidaria a kilómetros de esa calle de San Miguel de Tucumán. Fernando Ríos, junto a sus socios Luis Pondal y Daniel Viñas, son los dueños de Muña Muña, la tienda de frutas y verduras de Rivadavia 431 que todas las mañana a las 9 saca la heladera a la puerta con todo lo que se dejó preparado la noche anterior. La comida está disponible hasta la 1 de la madrugada y, según cuenta Ríos a Clarín, está en la vereda para que la gente con menos recursos no se sienta "observada" al tener que entrar al local para pedir comida.
"Realmente estamos entre impactados, emocionados, llenos de preguntas más que de respuestas ante tanta buena vibra de nuestra gente. Gracias a quienes compartieron nuestras publicaciones dando difusión a este proyecto", publica el perfil de Muña Muña en Facebook. En ese local también funciona un restaurante vegetariano y los socios cuentan con dos restaurantes más donde, afirman, "la cantidad de comida que los clientes no tocan es mucha". La idea no tiene nada que ver con donar las "sobras" que dejan los clientes. Sólo se ofrece la comida excedente que no fue vendida.
"En Tucuman es muy común que te toquen el timbre a la siesta y te pregunten: ¿tiene algo para comer que pueda llevar? Y uno siempre temina yendo a su heladera y busca algo de comida para compartir", dice Ríos a Clarin para explicar por qué, al final, todos tenemos una heladera social en casa. "En este proyecto se hace lo mismo que muchos tucumanos hacen por su cuenta", concluye.
La propuesta es simple, comunitaria y ecológica. El “Guardado Cuidado” consiste en que todo excedente de comida generado en la cocina de los locales que quieran aportar a esta causa será clasificado, ordenado, porcionado y empaquetado en bandejas descartables - envueltas en papel film- y con marcador o rótulo se explicitará su fecha de elaboración. La comida puede ser cargada directamente por los vecinos y solo estará 24 hs en la heladera social.
La Heladera Social lleva exactamente 6 días funcionando en esa vereda de Virgen de La Merced y el apoyo de los vecinos es rotundo. Algunos hasta compran verduras en Muña Muña e inmediatamente las colocan en la heladera para ayudar al restaurant a solventar los gastos de bandejas, papelfilm y mano de obra. Ayer, en su quinto día de éxito, Juan Carr de Red Solidaria le escribió a Ríos para interiorizarse sobre la marcha del proyecto. "Una enorme y gran responsabilidad acaba de caernos. Al menos 5 personas nos escribieron interesadas en llevar adelante este proyecto comunitario", dicen desde Muñna Muña.
Hasta Luciano Vallejo, uno de los mejores cocineros tucumanos, "se comprometió a alimentar la Heladera Social con sus manjares". Bares y panaderías de la zona también se comprometieron a llevar a los tres locales la comida que antes hubiesen tirado.
Fuente: www.clarin.com