La verdadera Reforma Educativa es la que promueve el conocimiento libre y crítico, no la evaluación de los profesores. Desde los tiempos de Carlos Salinas ha habido iniciativas para liquidar a los centros de educación superior como promotores del conocimiento rebelde.
Ante la pasividad de la Secretaría Federal de Educación Pública distraída con las evaluaciones, varios casos son significativos: el gobernador priista veracruzano Javier Duarte de Ochoa hizo hasta lo imposible para reventar a la prestigiada Universidad Veracruzana porque no se sometió a su poder.
El gobernador perredista morelense Graco Ramírez Garrido Abreu quiere aplastar a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y con arbitrariedad deshizo el prestigiado Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos, fundado por el filósofo Ricardo Guerra, y no ha podido regularizarlo como El Colegio de Morelos, también porque la comunidad se negó a permitir que designara de director a un incondicional.
Y ahora el gobernador chihuahuense panista Javier Corral quiere adueñarse de El Colegio de Chihuahua con funcionarios incondicionales. Como gobernador electo y ahora en funciones, Corral inició la persecución contra directivos de educación superior en la entidad. Desde la Secretaría de Educación y Deporte están despidiendo rectores y directores, independientemente de la evaluación de su desempeño, la razón del despido es su supuesto priismo.
Pero los rectores y directores tienen nombramientos del gobernador de acuerdo a lo que determina su ley orgánica, que en casi todos los casos fija un periodo de cuatro años con posibilidad de reelección. Pero en su afán de controlar el estado como antes lo hacían los priistas, Corral desestabiliza la educación superior estatal para ubicar panistas y tratar de convertir al sistema universitario en una herramienta política de incondicionalidad panista.
Los comportamientos priistas y autoritarios de Corral han metido a la comunidad académica en un espacio de tensión política ajena a sus labores. El Colegio de Chihuahua había logrado construir una propuesta académica de investigación referida a necesidades de desarrollo, pero ahora están llegando panistas sin calidad académica para burocratizarlo.
El modelo no es panista ni perredista: fue inventado por el PRI para controlar a los estudiantes y maestros y evitar sus movilizaciones contra el sistema. Los estudiantes tienen más restricciones para cumplir con sus asistencias y los profesores se metieron en el Sistema Nacional de Investigadores para escribir e investigar a cambio de puntos que les representan mayores emolumentos, alejándolos de la protesta pública. El rector priista José Narro controló ocho años a la UNAM para el PRI y ejerció el pase automático al gabinete priista.
En este largo proceso desde 1990 a la fecha, la comunidad universitaria quedó al amparo de los controles por el poder.
El pensamiento crítico heredado del movimiento del 68 quedó bajo vigilancia del poder. Y paradójicamente los más interesados en controlar centros de educación superior son los gobernantes de oposición al PRI que criticaron el modelo pero que lo han aprovechado para mediatizar las universidades.
(N/R Revista Ecos) En Nuevo León la situación es atípica , ya que no solo es el equipo de trabajo del Gobernador “Independiente” el que busca intervenir en asuntos que solo competen a los universitarios, sin que también otros grupos de poder externo, pretender se parte de los factores de decisión violentando la autonomía universitaria.