Tras la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de eliminar la política de “pies secos, pies mojados”, que le permitía a los cubanos que lograran llegar al país norteamericano, sin ser interceptados, recibir la residencia, muchos de ellos quedaron varados.
“Hice de todo para llegar a Estados Unidos donde tengo a mis tíos ancianos. Fui a la embajada y me denegaron la visa, caminé desde Ecuador y me deportaron los mexicanos. Lo último que había logrado era un contrato de trabajo en México, por el cual pagué miles de dólares y ahora he perdido todo”, narró la cubana Yeny Varela mientras lloraba por la política de pies secos, pies mojados.
“Ellos [el gobierno norteamericano] están haciendo eso porque creen que así van a forzar un cambio, pero no va a pasar”, comentó Varela.
Otros casos como el de Varela, salieron a la luz tras la noticia. Por ejemplo, Maribel vendió su casa hace 12 días para irse a los Estados Unidos, ahora tanto ella como sus dos hijas se quedaron varadas en su propio país tras la decisión del presidente Barack Obama. Maribel explicó que tuvo que vender su casa para comprar el pasaje de las tres y “poder brincar después la frontera”.
“Estaba cansada de luchar todos los días en la calle para poder darles de comer y vestirlas, para poder llevarlas a salir los fines de semana. Ellas no se merecen vivir en esa casa”, dijo.
“¿Y ahora qué hago? Tengo todo perdido, ni siquiera casa, ni siquiera dinero porque ya gasté una parte en los pasajes, no sé qué me voy a hacer”, dijo desconsolada.
Sin embargo, la problemática va más allá de aquellos que se quedaron varados en su propia isla, a lo largo del continente cientos de cubanos que se dirigían a la frontera estadounidense han visto cegados sus planes.
“Nunca me meto en política ni nada, pero Obama ha sido peor que Poncio Pilatos, a siete días de salir de la presidencia no era para que hubiese hecho semejante cosa”, dice María Isabel, una cubana que reside en Argentina y estaba preparando su viaje hacia Estados Unidos.
Fuente: es.panampost.com