Julio 2017…Venezuela ,120 muertos, violencia sin fin, seres inocentes envueltos en una tragedia
Armada por unos hombres cuyos objetivos son más que claros, sumir al su pueblo en una dictadura disfrazada de democracia, libertad engañosa, esclavitud y mucha pobreza.
Colas interminables para conseguir un poco de pan, gente enferma mendigando medicación que no existe, jóvenes en las calles improvisando ejércitos sin armas ,mujeres, siempre ellas, encabezando cientos de marchas en cada barrio y ciudad al grito de basta¡¡¡.
Humanos sin destino a los cuales se los identifica con un horrendo “carnet de la patria”, con el cual los despreciables mandamases del pueblo tienen vigilados a cada uno y les siguen hasta am sus sombras…algo deleznable desde todo punto de vista, convirtiendo al país en un inmenso campo de concentración sin límites.
Y uno ve, consternado, como al mismo tiempo muchos otros ciudadanos, fanatizados y creyentes del modelo, hasta bailan en las calles alegrándose de todo, como si a ellos no les faltara de igual manera lo esencial para vivir…Venezuela es hoy un país de gobernantes gordos y de pueblo flaco, raquítico, desnutrido en sus almas, les vaciaron hasta el corazón.
Ante esto, un papa se llama a silencio, nada dice, nada critica, nada castiga aunque mas no sea con alguna palabra aleccionadora que si encuentra para otros temas más pueriles y menos importantes un papa que muchas veces castiga a quien no lo merece, simplemente porque a él le parece que está equivocado con algún dictamen de esta iglesia que le debe muchas respuestas al mundo, que debe rendir examen cada día por los errores y horrores cometidos durante la historia del mundo.
Y no es dios, es su representante en la tierra quien debe actuar ante estos actos criminales, no solo el que vive el pueblo venezolano, sino también los que a diario ocurren en este cruel e inhumano mundo, habla de matrimonios anulados porque dice que los jóvenes no comprenden realmente que es un compromiso con la vida, pero no ejecuta un castigo real a los curas pedófilos que hasta a su alrededor tiene, nada dice de los crímenes cometidos por regímenes dictatoriales pero recibe, saluda y abraza a procesados ,guerrilleros y mafiosos que ven en una foto su salvación eterna.
El silencio siempre es cómplice de la tragedia, y en este caso se potencia por su investidura, por llevar la cruz en su pecho, la misma que cada hombre, mujer y niño, adoran y le pide cada noche por ellos y por su pueblo, cambiaran las formas, el material y el tamaño, pero la cruz es la misma pero el papa parece desconocerlo.
Pareciera ser que este no es el papa que al principio parecía, muchos creían que por fin alguien podría cambiar a la iglesia, que alguien le pondría fin a tantos actos de injusticias que esta tenía con la sociedad, que se iba a repartir la riqueza, que comenzaría la autocrítica y que de esa manera la gente volvería a creer un poco más en ella, no en dios ya que él está afuera de toda discusión.
Es que este silencio, el no decir ni una palabra, el no pronunciarse de una vez ante tanta maldad da que pensar que deberemos seguir esperando, que Francisco no es el indicado, callarse lo hace a uno participe de los actos ajenos, callarse no contribuye a una solución al problema, callarse muchas veces significa aceptar las cosas, ser papa es muy importante, es tener la llave que abre miles de puertas y le da derecho a transitar hasta el infinito, ser papa es algo poderoso y al mismo tiempo se convierte en algo peligroso y de difícil manejo, ser papa es como transitar por una carretera cubierta de nieve sin llevar cadenas en las ruedas, es difícil mantenerse en línea recta, hay que saber dominar el vehículo.
El silencio no ayuda, entorpece y convierte en inútiles a las personas, por eso es necesario que pronto se escuche su voz, muchos que tienen fe, lo necesitan, ellos deben saber quiénes son sus amigos, porque de los enemigos lo tienen claro…Venezuela, Julio 2017…muchos muertos, muchas preguntas y demasiado silencio.
Julio Casati
Fuente: www.radiolashorascontadas.blogspot.com.ar
