La crianza adecuada, es uno de los retos más dificiles que deben superar los padres. Hacerlo de forma positiva puede ayudar al desarrollo correcto de la personalidad de los hijos y conducirlos al éxito más facilmente.
Muchas veces me cuestiono si estaré criando bien a mis hijos y si les estaré dando las herramientas adecuadas para que lleguen a ser adultos amables, empáticos, cariñosos, exitosos pero, más que nada, felices.
En la actualidad, nuestros hijos están creciendo rodeados de nuevas tecnologías y avances científicos muy acelerados. Su realidad es distinta a la nuestra, por lo que muchas veces nos sentimos abrumados y confundidos.
Por eso siempre es un soplo de aire fresco encontrar información científica que nos dé una palmada en la espalda a los que elegimos la crianza consciente y nos dice “lo estás haciendo bien”. En este caso, psicólogos de la Universidad de Harvard, quienes basados en el análisis de estudios científicos, han revelado lineamientos para criar niños exitosos y compasivos.
En este artículo haré una bajada de estas directrices según mi punto de vista y con acciones concretas que practicamos en mi familia para avanzar en esta hermosa y desafiante tarea:
1) Tiempo de calidad y atención genuina
Los niños que pasan tiempo de calidad de manera regular con sus padres aprenden a ser compasivos y amorosos a través de los lazos que forjan con ellos. Por eso es importante que durante este tiempo seamos afectuosos y mostremos un genuino interés por sus actividades y comportamientos, felicitándolos por sus logros y su espíritu de superación. Es imprescindible escucharlos y respetarlos en sus elecciones (aquellas que no impliquen peligro).
Tips para poner en práctica
Dialogar con nuestros hijos haciéndoles preguntas abiertas para facilitar una conversación significativa, en lugar de preguntas cerradas que limitan las respuestas a “sí” o “no”.
Cuando nuestros hijos quieran jugar con nosotros o contarnos algo debemos involucrarnos de verdad, es decir, sin mirar de reojo el teléfono o dándoles la espalda mientras estamos lavando trastes.
En el caso de los preescolares, darles siempre alternativas en lugar de una simple negativa (comida, vestuario, actividades) porque tener opciones los empodera, los hace sentir valorados y respetados, mientras que el continuo “no” provoca lo contrario.
2) Predica con el ejemplo
Los padres que demuestran con acciones concretas la puesta en práctica de los valores morales de la familia estimulan un aprendizaje significativo y perdurable en sus hijos sobre dichas virtudes. Los niños no aprenden como loros por simple repetición sino por observación, por eso más que hablarles de honestidad, humildad y empatía, practicarla diariamente tendrá mayor impacto.
Tips para poner en práctica
Pueden unirse a una ONG como voluntarios, ingresar a un grupo deBoy Scouts, participar u organizar actividades solidarias en su colonia y, claro, siempre ser amables con los vecinos.
Evita insultar, desacreditar o criticar a otras personas o pares frente a tus hijos, e incluso cuando ellos no estén presentes.
Cuando cometas un error asume tu responsabilidad y pide disculpas.
Anima a tus hijos a estar atentos a las necesidades de los demás: “Mira, a ese niño se le cayeron sus fichas, ¿lo ayudamos a juntarlas?”.
Saluda cuando llegues a un lugar o en la calle. Siempre pide las cosas por favor y da las gracias, en lugar de decirle a tu hijo “saluda” o “¿cómo se dice?”.
3) La felicidad de ayudar a otros
El estudio de Harvard también encontró que preocuparse por los demás es tan importante como la propia felicidad. Ayudar y hacer feliz a otras personas nos hace también felices a nosotros en el largo plazo y provoca una sinergia positiva que no deberíamos subestimar.
Tips para poner en práctica
Motiva a tus hijos a resolver problemas teniendo en cuenta cómo las decisiones que tomen impactarán a otras personas.
Practiquen en familia un “Random act of Kindness” cada día. Esto puede llenarlos de felicidad.
Dialoga con tus hijos, o cuéntales una historia de lo que está sucediendo en el mundo con otros niños y otras realidades más desafortunadas, o con respecto a la ecología, y pregúntales qué harían ellos para mejorar las cosas en el mundo. Así podrás expandir su entendimiento de ser solidario y empático a nivel macro.
4) Gratitud
Este estudio también destacó que los padres y los hijos que practican la gratitud de manera cotidiana son más solidarios, generosos, compasivos, menos rencorosos y, lo más importante, es que también son más felices y saludables. Por todo lo anterior, ser agradecido es un factor clave para que los niños se conviertan en adultos capaces de encontrar felicidad a diario en las pequeñas cosas.
Tips para poner en práctica
Nombren diariamente las bendiciones que tienen.
Repasen todas las cosas lindas que sucedieron durante el día antes de ir a dormir.
Den las gracias diariamente a otras personas que facilitan su vida (el señor que recoge la basura, la maestra, el señor que maneja el autobús, etcétera).
Ayudar en los quehaceres domésticos provoca que los niños dimensionen que tener una casa limpia, ordenada o comida en la mesa implica una labor y se traduce en gratitud.
Para los adultos: realizar ayuno un día a la semana, caminar en lugar de usar el auto o darse una ducha de agua fría de vez en cuando nos sacude de nuestra zona de confort, nos permite ver nuestras bendiciones sino y activan nuestra empatía.
5) Resiliencia
La resiliencia es la aptitud de hacer frente a los problemas, superarlos, transformarlos y hasta incluso fortalecerse por dicha adversidad. Es necesario que los niños sean optimistas para ser exitosos en sus vidas. Cuando a tu hijo se le presente un problema orientarlo para tomar acción y hablar de lo que está pasando. Anímalo a resolver sus problemas destacando los aspectos positivos que surgieron de ese accionar. Ayuda a tus hijos a identificar sus sentimientos y provee las herramientas para manejarlos con control hasta que vuelvan a estar en calma.
Tips para poner en práctica
Si este problema puede traducirse en una causa a la cual ellos puedan unirse orientales, por ejemplo si le dan pena los perros de la calle anímalo para ser voluntario de un albergue, o si su problema es que le da vergüenza hablar con otras personas inscribirlo en clases de teatro y actuación.
Nunca minimices o te burles de sentimientos que tus hijos expresen aun cuando te parezcan exagerados o tontos. Lo que a un adulto puede parecerle una tontería fácil de resolver puede genuinamente provocar dolor en un niño que todavía no cuenta con las mismas herramientas o experiencias.
Cuéntales historias de tu vida en las que hayas superado un problema y pregúntales que hubieran hecho ellos.
Hazle saber a tus hijos constantemente que los amas incondicionalmente y que siempre estarás allí para apoyarlos.
Fuente: psicologiaparaninos.com