Para los niños es una ilusión cada vez que mudan sus dientes, porque están anciosos por recibir su recompensa del hada de los dientes o de el ratón. Pero más allá de esta tradición, hay algo mucho más hermoso que debes saber acerca de los dientes de leche.
El primer diente de leche es el más especial, no solo para el niño, sino para sus padres, que lo guardan como un recuerdo valioso. Y según investigaciones recientes, los dientes de leche pueden ser un banco de células madre.
Puede que después de que el “Hada de los dientes” o “El Ratón” haga una visita a tu peque y le deje una moneda, los dientes simplemente desaparezcan. Sin embargo, especialistas han descubierto que los dientes de leche (también llamados “de transición”) contienen células madre que se encuentran protegidas en un lugar estéril. Estas células son las mismas que se conservan en el cordón umbilical de los recién nacidos.
No solo eso: estas células madres pueden ser utilizadas por el dueño de los dientes, así como por sus familiares.
Un estudio publicado por The Journal of Dental Research ha demostrado que las células madre obtenidas de los dientes se diferencian de las células beta, encargadas de producir insulina. Entonces, se diferencian de otros tejidos que pueden ayudar a otros que estén dañados.
Las células madre dentales han logrado revolucionar la medicina regenerativa, pues aportan tratamientos potenciales para enfermedades como Parkinson, Esclerosis múltiple, Alzheimer, Diabetes y algunos tipos de cáncer. Sirven también para regenerar el corazón, la médula ósea, los huesos, las neuronas, el hígado y la piel.
Así que ya sabes: dile al Hada de los Dientes o al Ratón que guarde muy bien los dientes de tu peque, pues pueden ayudar al tratamiento de diversos problemas de salud.
Fuente: www.padresehijos.com.mx