Los traficantes de alimentos, dinero y combustibles están utilizando nuevos métodos para burlar los controles de los organismos de seguridad ubicados en la frontera: usan sus cuerpos para transportar carburantes y adaptan cualquier espacio de carros o unidades de carga para pasar los productos al vecino país.
Los procedimientos implementados han puesto a prueba la pericia de los funcionarios de los cuerpos de defensa para detectarlos. En esto también han colaborado los ciudadanos que con sus denuncias, a través del número móvil 0426-2713261 y del correo electrónico
[email protected], han puesto al descubierto parte de estas prácticas ilegales de contrabando.
“Estamos realizando operaciones, tanto militares como policiales, en los municipios de frontera para garantizar la tranquilidad y sosiego. Cualquier denuncia que tengan a bien tramitar a los órganos regulares respectivos, vamos a proceder”, indicó el mayor general Noél Bermúdez Pirela, jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral los Andes, a propósito de la última operación realizada el fin de semana, en la que retuvieron dos gandolas con 120 toneladas de azúcar refinada.
La observación de las estadísticas de oferta y consumo de azúcar en Táchira permitió descubrir la ruta del azúcar, artículo regulado en Venezuela a 6,11 bolívares el kilo y que al ponerlo en Colombia se transforma en 50 bolívares, es decir, 9 veces su precio. El producto -dispuesto en sacos de 50 kilos-, procedente del estado Portuguesa y de Cumanacoa, tenía como destino algunas empaquetadoras ubicadas en San Cristóbal, donde las colocarían en bolsas de 1 kilo. En el último año, de acuerdo con cifras oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana, las sociedades mercantiles dedicadas a rempacar azúcar han aumentado 50%.
Vikingos de la muerte. Algunos motorizados y peatones que pasan la frontera diariamente han llamado la atención de las autoridades por sus ropas y equipajes. Son conocidos como vikingos o bombas ambulantes.
De acuerdo con información ofrecida por algunos funcionarios destacados en los municipios fronterizos de Bolívar y Ureña, causó sospechas que con altas temperaturas varios motorizados usaran chaquetas. Al revisar sus ropas, observaron que las prendas habían sido acondicionadas para ser llenada con combustible. Cada chaqueta puede contener tanto como un tanque de gasolina de un carro pequeño.
A morrales de excursión o de colegio les colocan bolsas plásticas con combustible que al pasar la frontera lo venden entre 90 y 100 bolívares el litro.
Al igual que los métodos utilizados por el narcotráfico, los contrabandistas de alimentos y gasolina adaptan las puertas de vehículos y asientos, cornetas de sonido, así como las cavas refrigerantes de las unidades para “forrar” cualquier espacio con productos.
“Sospechamos de un camión transportador de pescado y al hacer perforaciones en la cava no salió droga, sino arroz”, comentó un funcionario.
Bolívares por pesos
El gobernador de Táchira, José Vielma Mora, advirtió a principios de noviembre sobre el retiro de grandes sumas de dinero de bancos de la entidad con el propósito de cambiarlos por divisas colombianas o americanas en territorio neogranadino.
Dos hombres, intentando burlar la revisión de su vehículo, forraron sus cuerpos con más de 500.000 bolívares en billetes de 100 y 50 bolívares. La práctica se ha hecho habitual para conseguir divisas extranjeras y evitar las regulaciones venezolanas.
Las cifras
- 4.316,78 toneladas de azúcar, arroz, aceite, harina y leche han sido incautados en Táchira hasta el 16 de enero de 2013. Los productos iban de contrabando.
- 246.574 litros de gasolina fueron retenidos en el último año en la frontera de Táchira.
- 44.904.668 bolívares es el valor de los cargamentos de alimentos retenidos en la frontera, listos para pasar a territorio colombiano.