Hemos observado que la mayoría de los perros que tienen fobia a los ruidos también son a menudo sensibles al tacto en los cuartos traseros , en los pies y en las orejas. Estas zonas suelen estar fríos. También la base de la cola puede estar tensa y puede haber tensión en la parte lumbar.
Gracias a los toques suaves de la oreja y en otros puntos del cuerpo podremos hacer que aumente la circulación sanguínea en las extremidades, aliviar la tensión en la espalda y la parte trasera, lo que relajará al animal además de liberar hormonas que reducen los niveles de estrés. A medida que el cuerpo va entrando en equilibrio mediante la terapia corporal de Ttouch, la mente y las emociones también se van equilibrando. Lo cual ayuda al animal a sentirse más confiado en situaciones que antes le daban miedo.
Una de las herramientas más útiles del Método Tellington TTouch para la fobia al ruido, son las vendas corporales. ¿Cómo puede ser que un simple trozo de tela tenga efectos tan profundos sobre el comportamiento de un animal? La respuesta reside en parte en cómo el sistema nervioso procesa la información sensorial proveniente de la suave presión de la venda corporal.
Las vendas suscitan una sensación de calma. En general, el tacto con presión activa la rama parasimpática del sistema nervioso autónomo, que es el área del sistema nervioso que tranquiliza, restaura y nos hace sentir más centrados. Los efectos tranquilizadores que apreciamos con las vendas pueden ser debidos a la influencia de las sensaciones de presión sobre el sistema nervioso.
Al vendar el cuerpo, simplemente intensificamos el nivel de información sensorial que se transmite al cerebro. Normalmente la venda se pone sobre el cuerpo del animal siguiendo una configuración en forma de ocho, haciendo contacto alrededor del pecho y cruzándose por la espalda, y a veces alcanza los cuartos traseros.
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