Nuevo León, Ciudad de México,Veracruz, Tamaulipas y Durango…
La diabetes es una enfermedad crónica reconocida como asintomática. Detectar este problema le puede tomar a una persona hasta cinco años o más.
Aunque el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo y la predisposición genética se atribuyen como factores que desencadenan la diabetes tipo 2 -presente en el 95 por ciento de los diabéticos-, diagnosticar este problema con anticipación para disminuir el número de casos es uno de los principales retos que enfrenta el sector salud.
El endocrinólogo René Rodríguez Gutiérrez informó que en el Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, a través del Servicio de Endocrinología, trabajan diferentes líneas de investigación para identificar de manera temprana la presencia de esta enfermedad.
“Uno de los datos clínicos, cuando uno ve al paciente, es que se les ponen obscuros los nudillos, las axilas, los codos y ese es un dato de resistencia a la insulina y sabemos que ésta precede a la diabetes.
“Lo que estamos tratando de identificar es saber con exactitud qué tanto puede predecir esas manchitas obscuras en los nudillos, en las axilas, como método sencillo, y sin costo”, explicó René Rodríguez, coordinador de investigación del Servicio de Endocrinología del HU.
Se estima que en el mundo hay 422 millones de personas con diabetes. En México, el problema ataca al 10 por ciento de la población adulta. Según la Federación Mexicana de la Diabetes, las entidades con mayor prevalencia en el país son la Ciudad de México, Nuevo León, Veracruz, Tamaulipas y Durango.
El problema es creciente, pues el aumento de personas con sobrepeso u obesidad ha generado que cada vez más población sea diagnosticada con diabetes. En Nuevo León, 4 de cada 10 niños tienen un peso elevado, en los adultos la cifra llega a 7 de cada 10.
Con el estudio que lleva a cabo el Hospital Universitario, se busca conocer la relación de las manchas cutáneas acantosis nigricans con la resistencia a la insulina en diferentes grupos de edades, desde bebés hasta adultos mayores.
La peculiaridad de la investigación es que además de llevar el caso a pacientes con sobrepeso y obesidad, se estudia la relación de la acantosis nigricans con personas que tienen un peso corporal adecuado.
“La resistencia a la insulina hace que proliferen las células superficiales de la piel y al proliferar se obscurece la piel”.
La diabetes se hace presente cuando el páncreas no produce la insulina o cuando el cuerpo no hace un buen uso de la misma.
La investigación lleva cuatro años y se realiza de manera multidisciplinaria con otras áreas del HU como el Servicio de Dermatología.
“Estamos en la fase de análisis de 280 neonatos para ver cómo se comporta un niño que no tendría por qué tener ningún problema y ver esa relación de las manchas cutáneas de acantosis nigricans.
“A ellos les estamos viendo la insulina y glucosa y ya después los vamos a seguir hacia adelante para ver cómo progresan”, puntualizó Rodríguez Gutiérrez.
Para controlar los niveles de insulina en la sangre, el profesor del Servicio de Endocrinología señaló que la activación física y la sana alimentación son de vital importancia.
Controlar la diabetes, agregó, significa prevenir la ceguera, la insuficiencia renal, el infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o la amputación de miembros inferiores.
Tan sólo en el Servicio de Endocrinología del HU, cada mes se atienden hasta 500 pacientes con diabetes, donde se ofrecen tratamientos farmacológicos de alta calidad.
“La diabetes no es una carrera de 100 metros, es un ‘maratón’ que nunca se acaba. Mucho es educación, luego irlo llevando poco a poco, en la medida en que la azúcar esté normal, el potencial de complicaciones a largo plazo es menor”.